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Ficha libro:
Título original: The Golden Age: A Romance of the Far Future
Editorial: Bibliópolis Fantástica
Autor: John C. Wright
Traductor: Carlos Gardini
Nº páginas: 320 Págs.
Precio: 19, 95 €
Si les soy sincero, no se cómo comenzar la reseña de esta novela. La Edad de Oro está escrita como homenaje a los grandes clásicos de un siglo de ciencia ficción y, como tal homenaje, en su argumento se repasan los elementos más reconocidos de la ciencia ficción que parieron Jack Williamson, Arthur C. Clarke, Asimov, Poul Anderson y demás nombres ilustres que forman el panteón de los “dioses” de la literatura de ciencia ficción del siglo XX.
Cualquiera podría pensar, y más siendo la obra de un autor primerizo, que esta novela podría quedarse en un simple refrito de conceptos ya conocidos; pero no es así y Wright demuestra que con estos mimbres se puede crear una novela original capaz de poseer entidad propia, más allá de los referentes tomados como punto de partida.
Es en el escenario donde hay más influencias hacia los grandes imperecederos del género, encontrándonos con una sociedad que ha prosperado y evolucionado tanto que muchos de sus miembros han dejado de ser humanos para convertirse en émulos de Dioses, viviendo siempre en entornos de placentera realidad virtual y desplazándose a otros lugares gracias a los maniquíes que utilizan como extensiones a distancia de sus propios cuerpos o mentes.
Estos semidioses no conocen la muerte y, en caso de que esta se produzca, siempre pueden tener a mano una especie de clones que llevan cargada una copia de seguridad de su mente que puedan continuar su vida donde ellos la dejaron.
Y hablando de referencias ¿a qué les recuerdan esos ascensores espaciales que comunican la Tierra con partes cercanas del espacio o un simpático ser artificial que atiende, acompaña y aconseja a nuestro protagonista?
Dejo de hablarles del magno escenario que creó John C. Wright para esta novela, porque daría hasta para redactar un ensayo y sólo puedo resumirlo como colosal, detallado y eminentemente imaginativo. En suma, el llamado “sentido de la maravilla” está aquí presente en grado máximo.
En otras novelas de ciencia ficción de Grandes Ideas suele descuidarse el argumento en detrimento de las ideas que desea plasmar el autor, no obstante ello no ocurre en esta obra y el argumento, a los pocos capítulos de iniciarse la novela, termina eclipsando el interés que pudiera suscitar para el lector el decorado y las invenciones descritas para situar al lector en este universo futurista.
Lo que predomina en La Edad de Oro es una trama de intriga de tintes dickianos con algunas dosis de cyberpunk apoyada en dos pilares básicos muy importantes como pudieran ser una sólida narración unida a una magistral construcción de personajes.
Faetón, un héroe primordialmente Heinleniano, vive una vida feliz en esta era hasta que descubre que ha olvidado varios años de su vida, de los que no recuerda nada. Y lo que es más extraño: Ninguno de sus seres cercanos recuerda nada de ese periodo perdido.
Faetón, entonces, intentará recuperar la memoria perdida y conocer porqué fueron borrados tantos años de su vida.
Por último, en el repaso que estoy haciendo de esta novela, no me gustaría dejar de lado otro elemento importante de la misma, pues carece de otro de los defectos característicos en novelas de ciencia ficción y, además de narrar una buena historia, John C. Wright escribe un buen libro de calidad literaria que, sin ser alta, sí es muy aceptable.
Calificar de clásico del género a una obra reciente puede resultar muy arriesgado o gratuito, pero en este caso La Edad de Oro posee los suficientes ingredientes para convertirse en un clásico dentro de unos años. Sólo cabe esperar que las siguientes entregas de la trilogía que se inicia con esta novela no se desinflen y mantengan el nivel que tiene La Edad de Oro.
José Luis Mora
jmazarias@dreamers.es
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